REDES: Misiones jesuíticas de Chiquitos

Maricarmen Tapia

FICHA TÉCNICA

Red territorial
Misiones
Diversos
Chiquitos, Bolivia
1691
1691

La fundación de estas reducciones y su evolución histórica responden al proyecto conjunto de la Corona española y la Iglesia Católica para la colonización y evangelización de los territorios americanos, proceso descrito de forma general en la ficha Misiones en América.

La región de Chiquitos pertenecía a la Provincia Jesuítica del Paraguay, en el Virreinato de la Plata, al igual que la Manzana y estancias jesuíticas de Córdoba, Argentina y las Misiones Jesuíticas Guaraníes. Cercanas, hacia el norte, se encontraban las Misiones de Moxo, también jesuíticas pero pertenecientes al Virreinato del Perú.

La Provincia Jesuítica del Paraguay comprendía territorios de los actuales Paraguay, Brasil, Uruguay, Bolivia y Argentina. Las misiones de Chiquitos se encuentran en la actual Bolivia. En 1990 seis de estas reducciones fueron declaradas Patrimonio Mundial. El conjunto patrimonial está formado por las seis reducciones que se mantienen intactas hasta la actualidad: San Francisco Javier, fundada en 1691; San José, en 1698; San Rafael, en 1709 y refundada en 1722; Concepción, en 1709; San Miguel, en 1721 y Santa Ana, en 1755.

Otras  misiones son la de San Juan Bautista, fundada en 1699;  San Ignacio de Zamucos, en 1724, que fue abandonada en 1745. Posteriormente se fundaron las misiones de San Ignacio, en 1748; de Santiago, en 1754 y del Santo Corazón, en1760.

Su historia remonta a un período posterior a las Misiones Jesuíticas Guarníes; los jesuitas fundaron diez reducciones en tierras Chiquitanas entre 1691 y 1760. Si bien estas misiones guardan relación con las Misiones Jesuíticas Guaraníes, encontramos algunos rasgos diferenciados. En los aspectos socioculturales, estas misiones se internaron en territorios de varios grupos indígenas: sólo por las lenguas se diferenciaban al menos 15 grupos, según explica el misionero Fernández. El primer grupo que evangelizaron, en torno a la Misión de San Francisco Javier, fue denominado por los misioneros como chiquitanos y su lengua como chiquito. Este grupo mantenía una fuerte hostilidad con grupos vecinos menos belicosos. Otros grupos que se mencionan en estas misiones son los Boxos, Tastos, Perotos, Piñocas y Xamarós. Estos últimos eran casi la totalidad de la Misión San Juan Bautista.

Algunas de estas reducciones, posteriormente a la expulsión de los jesuitas, siguieron funcionando, aunque en la década de 1850 el sistema de misiones había desaparecido, quedando integradas dentro de los pueblos. Este hecho las convierte en un patrimonio vulnerable a los cambios del entorno y la presión urbana. En la actualidad, en estas misiones se celebra el Festival Internacional de Música Renacentista y Barroca Americana, en memoria del legado e influencia musical que tuvieron las misiones sobre las comunidades de los chiquitos.

Características de la organización

Las primeras misiones fundadas en la Región de Chiquitos fueron la de San Francisco Javier (1691-1697), San Rafael (1696), San José (1697) y San Juan Bautista (1699), restablecida en 1716.

Una vez que las misiones alcanzaban los 3000 o 4000 habitantes, marchaba una parte de su población a fundar otra, como la Misión de San Rafael (1721), fundada con 1000 indígenas de distintos grupos étnicos. La misión de la Concepción (1708) y su traslado en 1722. San Ignacio de Zambuco (1717-1724) fue trasladada en 1745. La misión de Santiago, fue tres veces trasladada y finalmente se estableció en 1754. Posteriormente se fundaron la misión de Santa Ana en 1755; la del Santo Corazón de Jesús (1760) tuvo dos traslados, aún así la misión fue asolada por indígenas de otras tribus y no llegó a consolidarse como las anteriores.

Este conjunto estaba comunicado internamente por caminos que unían las distintas misiones, distantes entre sí entre 8 y 10 días caminando; se realizaban intercambios con las Misiones Jesuíticas Guaraníes que se encontraban más al sureste. En los meses más lluviosos las misiones quedaban aisladas, por lo que se buscó un punto de contacto más cercano con los comerciantes españoles y criollos de Santa Cruz de la Sierra, en la misión de San Javier.

Estas misiones sufrieron los ataques de los Bandeirantes o Mamelucos, quienes buscaban prisioneros indígenas para venderlos como esclavos. Una parte importante de las crónicas explica las matanzas y abusos que se realizaban en las misiones. Los indígenas de esta zona, entrenados en la caza y la guerrilla, pudieron defenderse, pero no siempre fueron vencedores. Diversas cartas de los misioneros dirigidas a los gobernadores pedían protección y ayuda, que fue otorgada en algunas ocasiones.

La estructura social y económica era similar a las Misiones Jesuíticas Guaraníes. Una de las primeras tareas que describen los misioneros, era la tala árboles y limpieza de las colinas para desarrollar la agricultura, basada en cultivos locales: maíz, arroz, azúcar, tabaco y frutos como el plátano, la piña, cacahuetes y calabaza.

Según los datos de tributación, las misiones de Chiquitos, en total, contabilizaban 19.000 indígenas, una población muy inferior a la de las misiones guaraníes, lo que posibilitaba que los jesuitas pagaran el gravamen con las asignaciones de su propio sínodo.

Respecto a la relación establecida entre los misioneros y las comunidades indígenas, llama la atención la exacta descripción que realizan los misioneros de la época de la división social y la explicación de los roles en el interior de los clanes, que fueron incorporados dentro de las misiones. Los misioneros, en cambio, vivían de acuerdo con las disposiciones propias de su orden, mientras que se les permitió a los indígenas mantener gran parte de su estructura social y política. La relación entre ambos sistemas era jerárquica: los jesuitas eran la máxima autoridad en los aspectos económico, cultural y social.

En el momento de la fundación de la primera misión, la de San Javier, los caciques exigieron a los misioneros tres condiciones que son fundamentales para entender la relación que se establecía entre ambos sistemas: que la misión fuese fundada en su propio territorio (el que ya habitaban) y que quienes se convirtieran al cristianismo no se verían obligados a abandonar sus tierras. Segundo, que los hombres pudieran mantener a sus mujeres y tercero, que sus hijos no fueran entregados al servicio de la iglesia.

Características espaciales y arquitectura

En términos de la organización espacial, aprovecharon y repitieron la estructura de las  Misiones Jesuíticas Guaraníes. Se trata de un trazado ortogonal del conjunto que se ordena a partir de una plaza.

El cierre del conjunto se realizaba a partir de la disposición de los edificios públicos, que cerraban el perímetro en torno a la plaza. Las viviendas de los indígenas estaban regularmente distanciadas a lo largo de los tres lados de un cuadrado, la cuarta parte estaba reservada para la iglesia, talleres y escuela. Como en otras misiones, en la plaza están siempre presentes el reloj y la cruz; en estos conjuntos, el campanario aparece como en elemento separado, pero inmediato a la iglesia, que domina y marca simbólicamente el tiempo, los ciclos y las tareas en el interior de la misión.

A diferencia de las misiones jesuíticas guaraníes su arquitectura no es monumental, y se caracteriza por un mestizaje arquitectónico tanto en materiales y técnicas como en su decoración. Los edificios estaban construidos con materiales locales, madera y tapia de adobe, materiales que condicionaban en gran medida el diseño arquitectónico. La única excepción es la Misión de San José, construida en mampostería.

 

El aspecto de los edificios comunitarios, corresponde a una planta regular con muros de tapia y columnas de madera que sostienen un gran tejado de dos aguas. En la mayoría de los casos, este tejado se extiende haciendo de galería o porche, como sucede en las iglesias. Este sistema permitió crear espacios abiertos protegidos de las lluvias y a su vez protegía los muros de la acción directa del agua. Esta arquitectura es similar  a la arquitectura civil de la época. La decoración en los elementos estructurales, disposición de la planta y uso de pintura mural se inscriben en el estilo barroco, alimentado con elementos propios de la simbología, fauna y flora local. Una singularidad notable en la arquitectura de Chiquitos es el uso de la pintura mural, atribuida a la influencia del misionero Martín Schmid.

Las iglesias fueron edificaciones muy posteriores a la fundación de las misiones. Se le atribuye al padre Martin Schmidt el diseño de la iglesia de las Misiones de San Francisco Javier (1697), San Rafael (1747), Concepción (1753), San Juan Bautista (1755-1759, San Ignacio de Zamucos (1761) y Santa Ana (1768 y 1831), mientras que la iglesia de San Miguel fue construida, de acuerdo a los diseños de Schmidt, por el Padre Johan Messner en 1750 La iglesia de San José, iniciada en 1740, se le atribuye a Bernabé Domínguez.

Las viviendas de los indígenas eran similares a las de otras misiones; eran construcciones sencillas de adobe, con un único espacio de 4 x 6m, con ventanas y puertas, dispuestas en filas. La organización de estas filas dependía en gran medida de la organización interna de los clanes, aunque todas mantienen un orden ortogonal y circunscrito en el área rectangular que regía a la misión.

 

Estas viviendas estaban adosadas y formaban en grupo de 7 a 12 pequeñas manzanas rodeadas de galerías. Las galerías eran el principal espacio de convivencia, donde se realizaban muchas de las actividades cotidianas, mientras que los interiores se usaban más bien como almacenes.

Con la expulsión de la Compañía de Jesús de los territorios de la Corona española en 1767, dictada por Carlos III el 2 de abril de ese año, se decretó la incautación del patrimonio de la Compañía. Más tarde, el papa Clemente XIV promulgó el Breve Dominus ac Redemptor que ordenaba supresión de la Compañía de Jesús, en agosto de 1773. Las misiones de Chiquitos fueron continuadas por la orden de los franciscanos y permanece parte de estas estructuras hasta hoy, integradas en la trama urbana de los poblados de Chiquitos.

ICONOGRAFÍA

BIBLIOGRAFÍA

 

COMO CITAR ESTE DOCUMENTO:

TAPIA, Maricarmen. Misiones jesuíticas de Chiloé. Atlas Digital de los Espacios de Control, nº 9, 2017.