REDES: Misiones franciscanas de la Sierra Gorda de Querétaro

Maricarmen Tapia

FICHA TÉCNICA

Red territorial
Misiones
Varios
Sierra Gorda, Querétaro, México
1750
1760

Se trata de cinco misiones construidas entre 1750 y 1760. Su fundación se atribuye a Fray Junípero Serra, fundador asimismo de otras misiones en California. Fueron declaradas Patrimonio Mundial en 2003.

Las misiones de Sierra Gorda son las más tardías de las Misiones en América, aunque desde el siglo XVI en estos lugares hubo intentos de fundación de misiones que fueron sistemáticamente destruidas por los indígenas. Los franciscanos siguieron con los mismos criterios de los jesuitas en Sudamérica en las Misiones Jesuíticas Guarnís y las Misiones Jesuíticas de Chiquitos.

La región de sierra Gorda se extiende por el norte del estado de Querétaro, ocupando parte de los estados limítrofes de Hidalgo, Guanajuato y San Luis de Potosí. Es una región muy montañosa, con alturas superiores a los 3.000 m, profundos cañones y una gran diversidad climática.

Más de las tres cuartas partes de Sierra Gorda están protegidas bajo la categoría Reserva de la Biosfera. En su interior se encuentran las cinco misiones franciscanas, que fueron declaradas por la UNESCO, en 2003, Patrimonio Mundial.

Desde el siglo XVI se produjeron varios intentos de evangelizar esta zona, emprendidos sucesivamente por agustinos, franciscanos y dominicos, todos ellos fracasados. Las dificultades impuestas por lo escabroso del terreno y por la hostilidad de varios pueblos chichimecas, que se habían refugiado en estas montañas para hostigar a los españoles, hicieron inútil todas las empresas de asentamiento estable de los colonizadores.

La necesidad de los españoles de mantener la seguridad de  las rutas comerciales -caminos reales de la plata- indujo al gobierno colonial a enviar una expedición bajo el mando del coronel José de Escandón con el encargo de pacificar la zona. En la batalla de la Media Luna (1740) los jonaz y los ximpeces fueron derrotados hasta el borde del exterminio. En territorio de los pame, menos hostiles a los españoles, Escandón fundó cinco misiones permanentes, que serían edificadas por los franciscanos, entre 1751 y 1766; las aldeas pames fueron destruidas y sus habitantes fueron reducidos en los alrededores de las misiones para mantenerlos bajo un mayor control y garantizar la tranquilidad de los caminos.

Se atribuye la dirección de su construcción al franciscano mallorquín fray Junípero Serra i Ferrer y todas ellas son de un barroco atípico, muestra del sincretismo artístico fruto de la fusión del barroco europeo y la tradición ornamental indígena. Son las siguientes:

- Misión de Jalpan o de Santiago

- Misión de Landa o de la Purísima Concepción

- Misión de Tilaco o de San Francisco de Asís

- Misión de Tancoyol o de Santa María de la Luz

- Misión de Conca o de San Miguel Arcángel

 

Aunque no está documentada la participación de Fray Junípero en las obras de las misiones, sí que fue  inspirador del proyecto misional y organizador del régimen de vida en las misiones. A la manera en que los jesuitas de Sudamérica organizaban sus reducciones, los franciscanos de Querétaro integraron  las preocupaciones, las costumbres, le lengua y las necesidades de los pame en la rutina y el quehacer diario de la misión, repartieron tierras y organizaron sistemas cooperativos de producción.

 

Arquitectura

Además del objetivo explícito de evangelizar a los indígenas, las misiones franciscanas cumplían otras funciones no menos estratégicas, como la educación y organización de los grupos para el trabajo y el control del territorio. Cada orden tenía su propia estrategia de asentamiento, conforme a sus ideales y sus intereses. Fray Fidel de Jesús Chauvet describió el método de establecimiento de las misiones franciscanas en México en varios pasos, que resumimos brevemente: elección del lugar apropiado; colaboración de algunas familias nativas ya evangelizadas para el primer asentamiento; llamada amistosa y agasajos a los indígenas de la zona; invitación a la concurrencia a charlas para explicar la doctrina cristiana; bautismo de los niños más pequeños; aprendizaje de la lengua local; comienzo de la catequesis continua de niños y adultos; agrupamiento de las familias indígenas en torno a la misión; enseñanza de la lengua española y canto, así como explicaciones de técnicas agrícolas, nuevos cultivos y oficios.

Cada una de estas etapas tenía su reflejo en la urbanización y la arquitectura de la misión, distribuyendo los espacios, construyendo las dependencias necesarias –residencia, iglesia, talleres, huertos, aulas- y adaptándolas a las necesidades cambiantes.

El primer paso, la búsqueda de un lugar apropiado, venía determinado, en el caso de Sierra Gorda, por ser una de las pocas zonas donde todas las misiones habían fracasado sistemáticamente desde el siglo XVI y porque era una ruta comercial estratégica. Un hecho muestra que la elección de los lugares fue acertada: en torno a tres de las cinco misiones, cuyos asentamientos coinciden con las ruinas de otros anteriores de agustinos y dominicos, se desarrollaron poblaciones que todavía perduran; estas poblaciones reproducían el esquema básico de organización espacial y funcional de la misión.

La arquitectura responde a un patrón general, implícito en los conventos del siglo XVI, adaptado a las características locales en cuanto a los materiales y las técnicas constructivas y ornamentales, contando con elementos comunes: amplio atrio, capillas posa, puerta sacramental, capilla abierta, iglesia y claustro. En la construcción de la iglesia, de planta de cruz latina, se usa piedra del lugar, yeso y cal viva quemada en obra y coloreada con tierras, en la fachada, y cal en el interior. La orientación del conjunto es diferente en cada una de las cinco misiones.

Es muy notable la decoración de las fachadas, que combinan profusamente el barroco europeo, el espíritu franciscano y los gustos, tradiciones y elementos simbólicos indígenas, en un sincretismo que se ha denominado barroco mestizo.

 

Organización social

Cuando llegaron los franciscanos, en 1744, el estado de las poblaciones de Sierra Gorda era lamentable, tras los muchos años de guerra, la represión y las diversas epidemias.

Bajo la dirección de Fray Junípero Serra, a partir de 1750, se adoptó una actitud claramente favorable a la convivencia entre los misioneros y los indígenas, favoreciendo el reparto de tierras y la organización cooperativa para el trabajo agrícola y artesanal, lo cual facilitaba la defensa ante los abusos de los hacendados y las autoridades coloniales.

A semejanza de las misiones jesuíticas del siglo XVII, los indios estaban obligados a trabajar unos días a la semana para la comunidad, tanto en tareas agrícolas como en los talleres y la construcción. Tenían también unos días para trabajar en sus propias tierras y los días festivos para los oficios religiosos y el ocio.

En las misiones no se impuso el castellano, sino que los misioneros aprendieron la lengua de los pame. Mientras no conocían la lengua, usaron los llamados catecismos testerianos –en honor del franciscano Jacobo de Testera-, pictogramas en los que, utilizando formas expresivas indígenas, los misioneros explicaban los fundamentos de la concepción evangélica.

A partir de 1770, las misiones de la sierra Gorda fueron abandonadas y las comunidades que las habitaban, dispersadas.

 

Las cinco misiones

Santiago de Jalpan.

Fundada en 1744, fue la primera en comenzar a construirse (1751-1758); dedicada a Santiago Matamoros, fray Junípero se encargó directamente de su dirección. Actualmente se encuentra en el centro de la ciudad de Jalpan de Serra.

El conjunto lo constituye el atrio, el portal, la iglesia y el claustro. La fachada, trabajada en estuco de color ocre amarillo, está densamente decorada, con motivos vegetales y animales y seis imágenes de vírgenes y santos.

San Francisco del Valle de Tilaco

Es la más pequeña de las cinco. Fue construida bajo la dirección de fray Juan Crespi  entre 1754 y 1762 y consagrada a San Francisco de Asís.

San Miguel Concá

Comenzada su construcción en 1754 bajo la dirección de fray José Antonio de Murguía, fue la primera de las cinco en concluirse. Es la mejor representación del barroco mestizo, incluyendo en la decoración, realizada por artesanos indígenas, motivos florales, el sol y la luna.

Santa María de las Aguas de Landa

Dedicado a la Purísima Concepción, fue construido entre 1761 y 1764 por el fraile mexicano Miguel de la Campa. De profusa ornamentación, su iconografía recoge numerosos personajes y escenas bíblicas.

Nuestra Señora de la Luz de Tancoyol

Construcción dirigida por fray Juan Ramos de Lora entre 1761 y 1767 es quizás la de mayor influencia española, aunque con detalles indígenas, como la presencia de un jaguar.  

ICONOGRAFÍA

BIBLIOGRAFÍA

 

COMO CITAR ESTE DOCUMENTO:

TAPIA, Maricarmen. Misiones franciscanas de la Sierra Gorda de Querétaro. Atlas Digital de los Espacios de Control, nº 5, 2017.