CIUDAD: Manila Intramuros

Daniel Gomà

FICHA TÉCNICA

Ciudad fortificada
Colonial
Antonio Sedeño
Manila, Filipinas
1581
1898

Intramuros, el núcleo original sobre el que se fundó la ciudad de Manila en 1571, se convirtió desde el primer momento en la punta de lanza de la conquista española de Filipinas. Centro de gobierno, educación y comercio de las Filipinas española durante los siguientes trescientos años, se convirtió en una ciudad fortificada siguiendo los principios del desarrollo urbano español en las colonias y su diseño como área destinada a garantizar la seguridad de los gobernantes coloniales y de la población española. Mientras en el exterior, en la zona llamada Extramuros, surgía una urbe multirracial cuyo desarrollo fue también objeto de control por parte de las autoridades coloniales con el fin de asegurar que no se convirtiera en una amenaza.

Ocupando una superficie total de 0,62 km2, Intramuros es el origen de la moderna Manila, De recinto casi vació y fortificado, pasó a ser un emplazamiento que se fue adensando poco a poco con edificios hasta erigirse en el núcleo militar y de gobierno, centro administrativo, mercantil y burocrático, sede de congregaciones y colegios (universidades) de la colonia española de Filipinas a lo largo de más de tres siglos. En su primera etapa Manila se centraría en lo que llamamos Intramuros y que con el paso del tiempo se extendería más allá de este núcleo original, amurallado y que concentraba las principales edificaciones de la capital de la colonia española de Filipinas

El trazado de la ciudad es en damero o cuadrícula, con calles rectas paralelas y perpendiculares que se cruzan delimitando manzanas cuadradas o rectangulares, proyectando así un aspecto ordenado a pesar del perímetro irregular en el que se incluye. Las construcciones de esta primera Manila (o Intramuros) estaban hechas principalmente de madera y poco después pasaron a estar hechas ya en piedra y ladrillo. Aunque la ciudad fue escenario a lo largo de sus tres siglos de dominio hispano de incendios y terremotos que la asolaron en mayor o menor medida, el plano en damero de Intramuros (característico de las ciudades coloniales españolas en América) se mantuvo más o menos inalterable durante este periodo. La configuración de la ciudad se tuvo que adaptar a la topografía natural, lo que conllevó que su perímetro (de cerca de cuatro kilómetros de largo) fuera forzosamente irregular y no pudiera ajustarse a la traza geométrica de las ciudades coloniales de América. Así, adoptó la forma de trapecio irregular, con un frente rectilíneo que daba al mar y otro que seguía el cauce del río Pásig, cerrando la figura dos frentes de tierra, en su mayoría terrenos pantanosos. Sin embargo, en el interior del recinto sí se adoptó el modelo americano de cuadrícula de calles, con sus edificios cuadrados o rectangulares, y una plaza mayor alrededor de la cual estaban algunos de los edificios públicos más importantes. No obstante, al igual que en determinados casos en América, no se pudieron cumplir todas las normas establecidas y que fueron recogidas en las Ordenanzas de 1573. Por ejemplo, estas últimas señalan que la plaza mayor debía ser rectangular y en la medida de lo posible ocupar una posición central en la ciudad. Sin embargo, Legazpi trazó la plaza mayor de Manila de planta cuadrada y en una posición no central.

Desde sus inicios Manila se consolidó como plaza fuerte y sede fundamental de una comunidad española. De hecho, la mayoría de población hispana se concentró en Manila y el área circundante y tuvo que convivir permanentemente con tres graves problemas: el ser una comunidad exótica desde el punto de vista étnico, el ser una comunidad escasa e inestable y el ser una comunidad con graves problemas de adaptación al medio natural. En otras palabras, la población española de Manila, que constituyó siempre un grupo racial minoritario en probablemente la ciudad más multiétnica del imperio español, estuvo amenazada desde sus inicios por los elementos naturales y humanos del entorno y ello demandó una constante presencia de pobladores originarios de la península ibérica para asegurar su continuidad y la necesidad de asegurar su supervivencia. Estas circunstancias explican por qué desde el inicio de su edificación por los españoles, Manila fue objeto de una política de defensa y se diseñó un sistema de muros, fosos y fortificaciones. Así, la ciudad, y más en concreto su núcleo original de Intramuros, nació como un recinto fortificado casi vacío para pasar a convertirse a partir de finales del siglo XVI en una gran área amurallada que se fue llenando de edificios con el fin de convertirse en el núcleo del poder colonial español en Filipinas. La configuración de Intramuros, por su ubicación geográfica, permitió que uno de sus frentes quedara protegido por un foso natural, el río Pásig, mientras que un segundo frente, mucho más extenso, sólo pudiera ser atacado por mar. Restaba un tercer frente, de tierra, cuya fortificación siempre constituyó la principal preocupación de los gobernadores de Filipinas, aunque el carácter pantanoso del terreno creó la posibilidad de diseñar un sistema de fosos que dificultaría un ataque enemigo por ese lado

ICONOGRAFÍA

FUENTES

  • \"Confirmaciones de títulos a la ciudad de Manila y a Luzón\" (Real Provisión confirmando a la ciudad de Manila el título de Insigne y Siempre Leal que le concedió el gobernador Miguel López de Legazpi, y a la isla de Luzón el de Nuevo Reino de Castilla), 21 de junio de 1674, Archivo General de Indias, FILIPINAS,339,L.1,F.54V-55R.
     
  • \"Ordenanzas del Cabildo secular de Manila\", 28 de junio de 1571, Archivo General de Indias, FILIPINAS,27,N.4.
     

BIBLIOGRAFÍA

 

COMO CITAR ESTE DOCUMENTO:

GOMÀ, Daniel. Manila intramuros. Atlas Digital de los Espacios de Control, nº 6, 2017.